¿Sabes cuáles son las diferencias entre solado y alicatado? En este artículo te las explicamos. Además, comprendiendo correctamente cada trabajo podrás protegerte frente a los riesgos que presentan.
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¿Cuáles son las diferencias entre solado y alicatado?
Realmente podemos decir que se trata de la misma tarea, pero sí que existe algo que las diferencia por completo. Esta característica es la parte de la superficie en la que se desarrolla el trabajo de construcción.
Aunque el proceso incluye más pasos, ambos consisten en:
- Preparar los soportes, suelos o paredes
- Confeccionar los trabajos de agarre
- Colocar las piezas en la disposición prevista
Sin embargo:
- Si hablamos de suelos, tanto exteriores como interiores, estaremos hablando de solado
- Si hablamos de pavimentos verticales y muros, estaremos hablando de alicatado
Es decir:
- El solado es el revestimiento horizontal de un piso con materiales rígidos y duros como: barro, terrazo, pizarra, gres… No incluimos aquí la madera, el plástico o la moqueta.
- El alicatado es el revestimiento vertical de ciertas zonas de los edificios con el objetivo de evitar la humedad, incrementar la higiene o, simplemente, decorar. Algunos de los materiales para el alicatado son el azulejo, la piedra, el semigres, etc.
Un oficio muy exigente
El profesional encargado del solado y el alicatado debe dominar estas técnicas de construcción, pues no son en absoluto sencillas.
La elección de material determinará el resto del trabajo. De ello depende la utilización de un adhesivo u otro, y la técnica de colocación que se vaya a emplear.
Podríamos decir que hay 4 variables en las que siempre debemos fijarnos:
- El material
- Las medidas del material
- Las posibles mermas al colocarlo
- El acabado que se desea
Además de su dificultad técnica, existen unos riesgos ergonómicos derivados de esta actividad y que veremos a continuación.
Riesgos profesionales
Es muy importante conocer estos riesgos para poder prevenirlos o evitarlos.
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Algunos de estos riesgos son:
- Manejo manual de cargas: los materiales que se utilizan en ambos trabajos son muy pesados, pudiendo alcanzar y superar los 20-25 kg. Aunque los embalajes actuales contienen menos unidades para facilitar su manejo y transporte, debemos conocer cómo manipularlos correctamente para evitar lesiones.
- Posturas forzadas: la espalda, el cuello, los brazos, las piernas y las muñecas son las partes del cuerpo que más sufren aplicando estas técnicas de construcción. En el caso de muchos de los espacios de trabajo donde se aplican, la movilidad es reducida por el tamaño de los mismos, agravando así la incomodidad.
- Movimientos repetitivos: son habituales en la tarea de extendido de los materiales (cemento, cola, pasta de rejuntado…). Pueden generar molestia o dolor en los brazos y las muñecas.
- Aplicación de fuerzas: desde la manipulación de los materiales hasta la mezcla de morteros y adhesivos, pasando por el corte de piezas o el golpeo de baldosas en la fase de fijación. Son muchos los momentos en los que podemos aplicar indebidamente nuestra fuerza y lesionarnos.
- Vibraciones: derivadas del maceado, el corte y la elaboración de mezclas con batidor de construcción.
Ahora que ya conoces las diferencias entre solado y alicatado, y los riesgos a los que se enfrentan estos profesionales, ¿a qué esperas para formarte en prevención con nosotros?
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